TOLEDO, un viaje en el tiempo.-

Caminar por Toledo es volver al pasado, dejar volar la imaginación y sentir el alma de sus habitantes durante más dos mil años.

La antigua capital de España se encuentra en el centro del país, sobre una colina rodeada por el río Tajo, por eso siempre fue un lugar estratégico que cada civilización quiso dominar. Toletvm romana y visigoda, Tulaytula islámica, Toledo cristiana, referente cultural de Sefarad… en cualquier caso, crisol de culturas y civilizaciones, la ciudad de las tres culturas, la ciudad de la tolerancia.

El viajero no debe perderse la espectacular Catedral Primada, la más rica de España, el alcázar de Carlos V, que alberga el Museo Nacional del Ejército, la mezquita del Cristo de la Luz, las sinagogas del Tránsito y de Santa María la Blanca ni el Museo del Greco. Pero lo que hace única a nuestra ciudad son sus estrechos y encantadores callejones, un auténtico laberinto medieval donde perderse es una delicia.

Pocas ciudades en el mundo tienen una historia tan larga, rica y concentrada como Toledo, por eso bajo sus calles y edificios se descubren año tras año espacios arqueológicos de gran riqueza como las termas romanas, hammams islámicos, cuevas privadas milenarias o pozos medievales. También oculto se encuentra el interior de los conventos de clausura, que esconden la esencia misma de la ciudad y auténticos tesoros artísticos. Estos espacios no están abiertos al público, ni foráneo ni siquiera local, pero pueden ser visitados, bajo reserva previa, acompañados de los guías locales de IMAGINE TOLEDO

Los cercanos Montes de Toledo nos permiten disfrutar de exquisitos platos como el ciervo en adobo, el conejo al ajillo o la tradicional perdiz estofada a la toledana, por supuesto regados con nuestros reconocidos vinos de La Mancha, de gran calidad y precio asequible. De postre, por supuesto, el auténtico mazapán toledano, la almendra hecha arte culinario. Hay multitud de restaurantes tradicionales, pero nuestra recomendación particular es el recientemente abierto La Clandestina de las Tendillas, donde tradición y modernidad van de la mano en su precioso patio ajardinado, ideal para primavera y verano.

Hay que saber que Toledo no se ve en un día. El viajero que, sin prisas, se deje deleitar al menos dos días y una noche por nuestras calles, monumentos, tradiciones y gastronomía podrá vivir una experiencia única y encontrará, a buen seguro, su lugar ideal en el corazón de España.